Para entender lo que es Grokker hace falta sentarse frente a una computadora y teclear las palabras claves de un concepto o producto. Pero en lugar de una lista de documentos cuyos títulos aparecen en negritas, azules, subrayadas, uno ve aparecer un carrusel de bolas multicolores insertadas las unas en las otras y en constante movimiento. Y esto, lo cambia todo.
Francis Pisani, Sausalito, California – 28.oct.02
Si uno busca ‘Maya’, por ejemplo, ve aparecer varios círculos llamados Maya Angelou, Rigoberta Menchú, arquitectura, civilización maya, pero también Shakti (dioses hindúes) y estación de trabajo. Quienes se interesan en los mayas de México y Centro América saben en que categoría buscar.
Dichas categorías provienen de Northern Light, el motor de búsqueda utilizado por Grokker en su versión actual. Pero este nuevo programa, hecho publico el lunes 27 de octubre, puede funcionar sobre cualquier colección de datos y representarlos de manera visual para facilitar una búsqueda en profundidad.
Mapas de la collección de documentos
La apuesta más innovadora de Grokker consiste en constituir en tiempo real mapas que representen la colección de documentos encontrados. Para Jean-Michel Decombe, principal arquitecto, «la representación visual habla directamente al cerebro. Estamos acostumbrados a reconocer colores y formas sin tan siquiera pensarlo». En la ilustración que acompaña esta nota los círculos indican categorías. Los que están en relieve tienen demasiados documentos para ser representados individualmente. Los círculos planos y vacíos acompañados de un título indican un documento sobre el cual basta cliquear. Según su creador «la filosofía de Grokker es que no tiene ninguna». Digamos que no es fundamentalista y que puede representar lo que encuentra a través de cualquier forma o metáfora visual.
Decombe agrega que «es posible reconocer un color aun cuando el objeto al cual se aplica es muy pequeño». Si los rojos indican los documentos más recientes, un punto es suficiente para encontrar uno. El ojo utiliza lo que puede distinguir o reconocer de manera instantánea. Las formas encajadas las unas dentro de las otras funcionan como contexto siempre visible que permite al usuario saber que parte activar para ir más profundo o volver para atrás.
En lugar de trabajar sobre el título y el contenido indexado del documento como lo hace Google, Grokker se interesa en los meta datos, las informaciones que definen el documento (tipo, talla, fecha, etc.). «Reunimos esos datos, explica Paul Hawken, presidente de Groxis, la empresa que produce Grokker, «y permitimos al usuario modificarlos, utilizarlos para navegar, guardarlos sin tener que volver a formular de manera constante los términos de su búsqueda. Todo se hace en una sola ventana.»
Colores y formas sirven de guías
En el caso de un catálogo (Amazon es accesible en la versión actual) uno puede seleccionar los productos por género, precio o fecha de puesta a la venta por ejemplo. En el caso de los documentos que contienen «maya», filtro sucesivos permiten guardar solamente los que además tienen ‘México’, y luego los que han sido publicados después del 2001, por ejemplo en formato Word. Los documentos eliminados aparecen en gris. Los colores sirven de guía para lo demás. En tres ajustes el universo de la búsqueda ha sido reducido a dimensiones que la mente aprehende plenamente.
De ahí el origen del nombre. En una novela de ciencia ficción Stranger in a strange land de Robert Heilen, «to grok» es un verbo del vocabulario marciano que quiere decir «entender tan íntimamente que el observador se vuelve parte de lo que observa.» En ciertos medios, el verbo es ahora parte del vocabulario casi corriente.
«Grokker es más una plataforma que un programa» explica R.J. Pittman, director de la compañía. Sus creadores estiman que apenas están empezando a rascar la superficie de lo que permite hacer. Este mismo razonamiento les permite poner Grokker a la venta a un precio bastante alto: 150 dólares para la versión básica.
Explicar a Grokker sin poder enseñar lo que hace es tan difícil como describir la primera interfase gráfica de la Mac o Mosaic (ancestro de los navegadores). Esta novedad misma es probablemente uno de los obstáculos que la plataforma deberá vencer para imponerse. Implica una revisión radical de nuestra concepción de la información y esto, siempre, lleva tiempo. Mientras más substancial es el progreso más inclinados estamos en hacer resistencia por la sencilla razón que «grokkamos» que no habrá vuelta para atrás.
