Quién quiera tener una imagen del poder y de la salud actual de Microsoft notará que en el medio de la persistente debacle de las empresas informáticas, la empresa anunció el mes pasado que sus ingresos trimestrales habían duplicado y sus ganancias aumentado en un 26%. Y ahora, el viernes primero de noviembre, una juez federal acaba prácticamente de validar el acuerdo muy favorable pasado en noviembre del 2001 con el gobierno.

San Francisco, California, 4.nov.02

La juez Colleen Kollar-Kotelly rechazó los argumentos de 9 estados que pedían mayores sanciones por las violaciones a la ley antimonopolio y una defensa activa de las tecnologías nacientes contra el poder de la empresa de Bill Gates.

Hace dos años un juez había fallado el desmembramiento de la empresa en dos. Hace poco más de un año una corte de apelación había rechazado la división pero confirmado que Microsoft era un monopolio y que abusaba de su poder frente a los competidores. Al igual que el departamento de justicia y la empresa, la juez interpretó que las sanciones debían limitarse a lo que fuese útil para impedir prácticas ilegales.

La juez respeta al monopolio

La juez se negó a interferir con las prácticas de Microsoft tanto en sus negocios como en el diseño de sus productos. Deslegitimizó la querella de los estados al atribuir su motivación a otros: «Ciertos competidores de Microsoft parecen ser quienes más quieren esas medidas.» Es poco probable que los estados sigan en su lucha en la medida en la cual han gastado mucho dinero sin obtener resultado significativo.

Sin embargo, exige de Microsoft que comunique los protocolos de comunicación de Windows para que otras empresas de programas para servidores no se vean penalizadas. También pidió al departamento de la justicia que reforzara el papel de la corte en la evaluación del acuerdo.

La decisión de la juez obedece a una lógica ampliamente presentada por los defensores de Microsoft: el monopolio es algo casi natural para las industrias de software cuando ocupan posiciones dominantes temprano en la aparición de una tecnología. En efecto, los mayores costos se hacen en la fase inicial (investigación, desarrollo) mientras la producción de los productos es bastante marginal. Esos costos se pueden repartir entre un mayor número de clientes a quienes se le factura menos. El precio menor permite atraer todavía más clientes.

A lo cual se suma la lógica de las redes: alguien que compra su primera computadora tiene interés en comprar material que comunique bien con los demás. La posición de Apple se ha reducido considerablemente en el momento en el cual, gracias a la internet se volvió menos importante tener la mejor computadora y más relevante comunicar a gusto con colegas, amigos y familiares.

Quienes conocen bien la empresa afirman que su cultura ha cambiado. El tono sería un tanto menos agresivo con sus socios y más cauteloso frente a la ley. Pero el poder de Microsoft en el mercado es mayor que nunca.

Silicon Valley disgustada pero no sorprendida

Para Gene Kimmelman, director de Consumers Union, la medida «constituye una señal de que la concepción de la ley antimonopolio que tiene la administración permitirá que grandes y dominantes firmas controlen el sector de la tecnología.»

Bill Gates celebró el fallo diciendo que era «severo» pero que haría su posible para respetarlo. Prometió que su empresa seguiría «innovando». Pero según Dan Gillmor cronista estelar del Mercury News, «significa, en términos prácticos, que la ley antimonopolio no tendrá efecto serio sobre los negocios que cambian rápidamente.»

La mayoría de las empresas de Silicon Valley han preferido observar silencio, siempre sinónimo de cierto miedo. El sentimiento dominante expresado por Michel Kertzman presidente de Liberate Technologies lider en programas para televisión digital: «La gente se siente disgustada pero no sorprendida.» Lo grave para el y muchos otros es que la competencia con el gigante se extenderá sin mucho control a una amplia gama de productos y mercados no limitados a la informática.

Algunos observadores definen el fallo como una victoria parcial para Microsoft. Una apreciación con la cual Gillmor concuerda, a condición que se defina como la «de un partido político que hubiera ganado el 95% de los curules en el Congreso mientras el otro alardea con los pocos que tiene.»

J’enquête, je suis et j’analyse les technologies de l’information et de la communication depuis la préhistoire (1994). Piqué par la curiosité et l’envie de comprendre ce que je sentais important,...