La Silicon Valley está sonriendo. La esplendorosa primavera del norte californiano tiene que ver, menos sin embargo que la aventura de dos jóvenes excéntricos quienes lanzaron a Google hace seis años y están a punto de llevarla a Wall Street. La buena noticia esperada se agrega a una serie de indicios bastante positivos tanto en materia de negocios como de tecnología.

San Francisco, California, 2.may.04

Gracias al inicio del proceso requerido por cualquier introducción de una empresa en la bolsa de valores se sabe que Google tuvo entradas de mil millones de dólares con ganancias de 250 millones de dólares en el 2004. La puesta a la venta de las acciones debería permitirle recoger 25 mil millones de dólares, suficientemente para generar optimismo.

El estilo cuenta también, sobre todo en Silicon Valley donde se aprecia que los dirigentes de Google hayan escogido vender sus acciones mediante una forma de subasta (conocida como ‘holandesa’) que permite según los términos de sus dirigentes «incluir a grandes y pequeños inversionistas» en el proceso.

Dan Gillmor, columnista estrella del San José Mercury News, recuerda que la última vez que una circunstancia similar se presentó fue para Netscape, lo cual dio inicio a la demasiado célebre «burbuja puntocom» de nefastos finales. Gillmor, sin embargo, piensa que Google puede tener mejor resultado «Con un uso juicioso del enorme poder que tiene en este momento, puede sentar un precedente. Puede decir ‘no’ a la manera escandalosa de hacer negocios que caracterizó al valle y, en última instancia, al capitalismo americano durante los años de la burbuja.»

Un sondeo reciente realizado alrededor de la bahía de San Francisco (incluye a Silicon Valley) revela que los habitantes de la región son los únicos californianos más optimistas que el trimestre pasado.

La economía estadounidense registró un crecimiento anual de un 4.2% durante el primer trimestre, en alza con relación al anterior. Las tecnologías de la información en particular dan buenas señales. El Wall Street Journal, acaba de publicar un artículo de primera plana según el cual: «Después de un profundo derrumbe de tres años y la perdida de un millón de empleos, las empresas tecnológicas de EEUU han empezado a contratar personal nuevamente. Marcan así una tendencia modesta pero sólida.»

Los grandes van bien. Amazon sacó ganancias record durante el primer trimestre. Microsoft rebasó las previsiones a pesar de haber tenido que pagar penalidades por los múltiples juicios en los cuales está implicada. Los capitalistas de riesgos invirtieron un 10% más que durante el mismo periodo del año pasado.

Dejan de solo pensar en tecnologías guerreras o de seguridad. Dentro de los sectores que más les llama la atención está WiFi (conexiones inalámbricas a la internet). Según el gabinete de investigación Gartner, 50% de las laptops deberían tener WiFi integrado antes del fin del año. Los puntos de acceso se multiplican tanto en tiendas tipo Starbucks como en centros comerciales, jardines públicos y hospitales. Las comunicaciones telefónicas por internet (VoIP, Voice over Internet Protocol) también conocen un auge impresionante.

Una de las fuentes más sólidas de optimismo proviene probablemente de un informe publicado hace dos semanas según el cual más de la mitad de los estadounidenses se conectan ahora mediante líneas de banda ancha. Abre la puerta al desarrollo de toda una gama de productos y servicios que ahora pueden ser lanzados con la esperanza de encontrar su público.

Algunos, sin embargo, temen una vuelta a la locura de los años puntocom. «La inquietud,» escribe Tom Abate, periodista estrella del San Francisco Chronicle, «es que por sólida que sea Google como negocio, una frenesí lleve sus acciones a la estratosfera.» Llevaría a olvidar las lecciones caramente aprendidas hace poco.

Las razones para conservar cierta reserva no faltan. Google podría sufrir de los embates anunciados por Yahoo y Microsoft con sus nuevos motores de búsqueda. La Silicon Valley se siente amenazada por la creciente tendencia de las empresas informáticas de instalarse en el sureste asiático. Se sigue reivindicando como capital mundial de la innovación y los negocios tecnológicos, pero no puede ignorar que las rivales se multiplican en varios puntos del planeta.

J’enquête, je suis et j’analyse les technologies de l’information et de la communication depuis la préhistoire (1994). Piqué par la curiosité et l’envie de comprendre ce que je sentais important,...