Unas tres millones de cámaras de vigilancia están instaladas en EEUU, según indican las estimaciones más recientes. Se sabe por otra parte que para poder convencer a los 168 millones de electores estadounidenses, ambos partidos tienen varios centenares de elementos de información sobre cada uno de ellos. Estamos entrando en un mundo en el cual se puede saber lo que hacemos en cualquier momento y compararlo con lo que hemos hecho a lo largo de nuestra vida.

San Francisco, California, 12.dic.04

En el centro de cualquier urbe los pasos de un ciudadano son capturados decenas de veces. No solo en EEUU. Gran Bretaña tiene proporcionalmente más cámaras de vigilancia. En México, una de esas cámaras capturó imágenes de quienes abandonaron hace días el cuerpo sin vida de Enrique Salinas de Gortari, hermano de un ex presidente.

En EEUU, las informaciones recopiladas sobre los votantes van desde teléfono, dirección, nivel de ingresos, hasta el periódico que leen o la computadora que utilizan y varias decenas de datos más.

Pueden «adivinar mis probables posiciones sobre impuestos, seguridad, aborto y calentamiento global,» escribió un periodista del New York Times en febrero de este año. De hecho, las bases de datos jugaron un papel definitorio: los republicanos le metieron más dinero y las empezaron a utilizar de manera sofisticada mucho antes que los demócratas.

Big Brother

Muchas de las historias, discursos o conversaciones que giran alrededor de esos temas utilizan un número limitado de metáforas que pueden resultar oscuras para muchos de nosotros y, sin embargo, contribuyen a moldar nuestras reacciones.

La más conocida es la de Big Brother, el todopoderoso gobierno concebido por George Orwell en su novela 1984. Nos observa y sabe todo hasta lo que pensamos gracias a la policía del pensamiento. Instaladas en casas y lugares públicos sus telepantallas están siempre prendidas sin que un ciudadano pueda saber si está siendo vigilado en cualquier momento en particular.

Panopticón

La multiplicación de las cámaras contribuye al uso de una segunda metáfora, la del Panopticón, una prisión concebida por Jeremy Bentham en el 1791. Se trataba de una construcción circular en la cual cada prisionero se encontraba en una celda aislada en los muros exteriores mientras un número reducido de guardias los vigilaban desde el centro. Los presos tenían una luz atrás de ellos mientras los guardias no eran visibles lo cual creaba, según el propio Bentham un sentimiento de «omnisciencia invisible».

Esta «sencilla idea arquitectural» podía ser aplicada a instituciones de salud, de educación o hasta de producción industrial.

El filósofo Michel Foucault la toma como metáfora esencial de la modernidad en su libro Vigilar y castigar. El hecho que uno se pueda creer vigilado aun cuando no lo es, independientemente de quién está (o pudiera estar) vigilando hace que «los detenidos están involucrados en una situación de poder a la cual ellos mismos contribuyen». Asumimos la vigilancia posible y nos controlamos.

El proceso

El ciudadano de hoy no solamente está vigilado por cámaras omnipresentes. Cada uno de sus pasos y de sus transacciones (tarjeta de crédito, internet en particular) se queda almacenado en gigantescas bases de datos. Tratan dichos datos de manera cada vez más sofisticada (data mining) y sacan sorprendentes conclusiones sobre nuestras inclinaciones.

Por esto el profesor Daniel Solove de la Universidad de Yale prefiere referirse al libro de Kafka El proceso. En esa novela, frente a una burocracia indiferente los individuos no tienen capacidad de ejercer el más mínimo control sobre lo que pasa. «El proceso captura el sentido de impotencia, frustración y vulnerabilidad que uno siente cuando una gran organización burocrática controla un largo expediente de detalles sobre su vida,» explica Solove.

Big Brother, el Panopticón y El Proceso, nos hablan de ciudadanos aislados confrontados a poderes centralizados. Sin embargo el mundo de hoy se va descentralizando lo cual nos lleva en dos direcciones aparentemente contradictorias. Por una parte no basta con temer al estado, hay que cuidarse de lo que saben ciertas empresas e instituciones poderosas. Por otra, la comunicación horizontal (ya la gente no está aislada en sus celdas) permite alterar la lógica de quien vigila a quien. El panopticón se invierte y todos podemos participar en el.

Continuará…

The New York Times Magazine – The Very, Very Personal Is the Political

1984 en Wikipedia

Panopticon en Wikipedia

Artículo de Solove sobre Orwell y Kafka

J’enquête, je suis et j’analyse les technologies de l’information et de la communication depuis la préhistoire (1994). Piqué par la curiosité et l’envie de comprendre ce que je sentais important,...