Lamultiplicación de las empresas de software cuyo modelo económico no está basadoen la propiedad del código fuente podría presagiar la emergencia de lo quealgunos no vacilan en calificar de “capitalismo open source” (ver columna de lasemana pasada). Uno de los ejemplos más citados en este sentido es el de JBossuna sociedad basada en Atlanta. Un […]