San Francisco, Californie, 19.jun.05
Un libro reciénpublicado bajo el título What the Dormouse Said, How the 60s CountercultureShaped the Personal Computer Industry (editorial Viking), explica como todo sedio durante los sesentas en un círculo de 8km de rayo alrededor de KeplerBookstore, una librería cercana a la Universidad de Stanford y a dosinstituciones de donde salieron los conceptos y experimentos más importantes:el Stanford Research Institute (SRI) y el Palo Alto Research Center (PARC) deXerox.
John Markoff
, el autor, cubre las tecnologías de la información para el New York Times.Es el “joven” decano de todos los periodistas que siguen lo que pasa en SiliconValley. Habla en su libro de los contratos con el Pentágono y de los hombres denegocios, por supuesto, pero ilustra principalmente y de manera convincente unartículo publicado en 1995 por la revista Time según el cual “Lo debemos todo alos hippies.”
Cuenta de maneramuy amena los grandes y pequeños momentos de la creación de la computadorapersonal, desde el primer experimento con LSD de Stewart Brand (fundador delWhole Earth Catalogue, la biblia de los hippies y de los primeros ecologistas yautor del artículo de Time) hasta una histórica conferencia del 9 de diciembrede 1968 en el Brooks Hall de San Francisco considerada como la primera demo deinformática personal.
Ese día, DougEngelbart, conocido como inventor del ratón, mostró como su oNLine Systempermitía editar textos sobre una pantalla – una revolución en la hora de lastarjetas perforadas – poner hipervínculos entre dos documentos y mezclar texto,gráficas y hasta video. También evocó ARPAnet, la red experimental decomputadoras de la cual surgió la internet. Todos los aspectos importantes del mundoinformático de hoy fueron expuestos durante esa presentación que Markoff ymuchos otros consideran “la demostración informática más notable de todos lostiempos.”
Notable tambiénera el hecho que Engelbaert y su equipo representaban uno de los polos de unaconfrontación casi ideológica que los oponían al Stanford ArtificialIntelligence Laboratory (SAIL). Según Markoff: “Uno de los grupos buscabaaumentar la mente humana (augment the human mind), mientras el otro trataba desustituirla.”
La idea del libropartió de una cena con Engelbart que fascinó a Markoff, porque las historiasevocadas “no se referían a la tecnología pero a las vidas de losinvestigadores, sus relaciones personales, las drogas que tomaban, los placeressexuales a los cuales se entregaban, el rock and roll que escuchaban y lasprotestas políticas en las cuales participaban.”
Laexperimentación con el LSD no tenía otro objetivo, para quienes lo hacían, queel de “aumentar”, de otra manera, la mente humana. Por esto muchos individuos –el más famoso siendo Steve Jobs, fundador de Apple – participaron en ambasaventuras.
Este libro nospermite entender las redes de la contracultura y los vínculos que van deEngelbaert y Brand a, por ejemplo, Alan Kay, creador de Alto, la primera PC,Ted Nelson, padrino del hipertexto o Fred Moore, pacifista convencido que lanzólos movimientos de protesta contra la guerra de Vietnam, en la Universidad deBerkeley, del otro lado de la Bahía de San Francisco.
Moore fundó elHomebrew Computer Club con la misión de compartir la información empezando porlos programas informáticos. Bill Gates les mandó, en el 1975, una carta (ahorafamosa) en la cual los acusa de ser “ladrones” por haber compartido una versiónde BASIC, el programa que había escrito con Paul Allen.
Sabemos hoy de laguerra que opone Microsoft, las disqueras y Hollywood a Linux y los partidariosdel software libre. Resulta fascinante descubrir como nació hace treinta añosen un ambiente muy alejado de las obsesiones corporativas de hoy.
[La photo ha sido tomada por Larry Keenan]