Hoy día, es posible saber en cada instante donde se encuentran los nómadas… si están conectados. Para esto sirve el Global Positioning System (GPS) y su triangulación con satélites militares estadounidenses. El mismo principio aplicado a las antenas de redes de telefonía celular permite obtener resultados comparables (pero menos precisos). Últimas en llegar las redes Wifi prometen ahora una verdadera explosión de lo que se suele llamar «Location-based computing» (LBC), informática basada en la localización.
San Francisco, California, 18.abr.04
La policía y los comerciantes son los más interesados. A fines del 2005 los teléfonos celulares de EEUU deberán permitir la localización de cualquier aparato del cual se haya emitido una llamada de emergencia (e911). Japoneses y europeos tienen acceso a servicios que dependen del lugar en el cual se encuentran: mapas electrónicos en su PDA o teléfono, restaurantes o cines a proximidad, entre otros.
La LBC interesa tanto a vendedores de aparatos y de programas como a comerciantes en busca de más clientes. El Gabinete de estudio Gartner estima que en EEUU (país atrasado en la materia), los utilizadores de este tipo de servicio pasarán de 150,000 en el 2002 a 42 millones en el 2005. Microsoft e Intel trabajan sobre el tema y, desde el 17 de Marzo, Google Local (local.google.com) permite encontrar el comercio que se quiera a proximidad de cualquier dirección en EEUU.
El GPS no funciona bien en las ciudades ni las redes de telefonía celular en los grandes edificios. El eslabón faltante lo provee WiFi, la tecnología más común para redes inalámbricas locales. Todavía está en pañales, pero podría volverse omnipresente.
Tal es la apuesta hecha por la sociedad Quarterscope (www.quarterscope.com) al lanzar el 23 de marzo un servicio piloto de localización bautizado WPS (WiFi Positioning System). Solo requiere de un software y puede ubicar cualquier aparato que lo haya cargado. Esos aparatos emiten regularmente una señal para identificar los puntos de acceso (PA) más cercanos que les permiten conectarse a la internet. El programa mide el tiempo necesario para llegar a cada uno de los PA que los recibe y localiza el aparato con una precisión de 20 metros (mejorable). La sociedad promete cubrir el 90% de las 25 conurbaciones más importantes de EEUU cuando se lance comercialmente antes del fin del año).
WiFi tiene el doble mérito de ofrecer acceso de banda ancha a la internet y de funcionar en interiores. La empresa finlandesa Ekahau (www.ekahau.com) realizó el año pasado un experimento en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York con un programa similar al WPS. Los visitantes tenían un PDA capaz de ubicar su posición y de recibir en cada instante información sobre las obras de arte mas próximas.
«WPS accelerará el crecimiento de los servicios basados en la localización al proveer estas capacidades a cualquiera que tenga un aparato con WiFi,» afirma Ted Morgan, presidente de Quarterscope.
El problema es más complejo de lo que parece, según nos explicó Anne Bezancon, vicepresidente de JiWire (www.jiwire.com) , sociedad establecida cerca de San Francisco que ofrece -en inglés y español (entre otros)- un directorio de 38,000 puntos de acceso en 55 países. «Para que la LBC funcione, hace falta relacionar con precisión tres elementos: un lugar físico, un receptor de LBC, y una persona.»
Quarterscope y Ekahau facilitan la comunicación entre los aparatos y los puntos de acceso. JiWire, según Bezancon «es la mejor fuente de datos sobre lugares físicos.» Sin embargo, advierte, «WiFi no tendrá el éxito fenomenal vaticinado mientras no se identifique con suma presicisión el lugar, el aparato y la persona con sus preferencias.» Luego será necesario asegurar que todo comunique sin trabas independientemente del lugar en el cual uno se encuentre o del servicio al cual haya suscrito. Todavía falta.
La LBC sigue en pañales pero grandes y pequeñas empresas están facinadas con este mercado potencialmente gigantesco. Es de esperar que les pregunten a los usuarios si realmente quieren ser siempre localizables.