Gracias a la Red, el acceso a otras verdades y otras opiniones es ahora posible. Una encuesta sobre el uso de internet durante la guerra de Irak revela que el 55% de los estadounidenses intercambió e-mails relacionados con el tema. Un número nada despreciable de personas consultó fuentes de información distintas de los medios de comunicación tradicionales. La BBC registró un aumento del 47% en el número de consultas a su sitio desde EE.UU. y The Guardian, más crítico, un incremento del 83% en el suyo. Gracias a los blogs, los fanáticos de internet han podido acceder con frecuencia a información que los grandes medios de comunicación les ocultaban. Pero, ¿qué es exactamente un blog?

San Francisco, California, 15.jun.03

Blog es la abreviatura de weblog, que puede traducirse como “diario de a bordo en la red”. Los neologismos procedentes de Estados Unidos perturban a menudo nuestra rutina lingüística, pero suelen corresponder a verdaderas novedades. Los blogs son diarios personales en línea realizados con programas sencillos que permiten tipear un texto en la computadora y, al conectarse, enviarlo instantáneamente para que se publique en una página web construida a tal efecto. Los blogs combinan fácilmente información y opiniones, y a menudo disponen de un vínculo que remite a una fuente original, a otro blog o a un artículo que el bloguero comenta o señala a su público. El primer blog reconocido como tal se remonta al 7 de octubre de 1994 y se atribuye a Dave Winer, programador e impulsor de uno de los software más utilizados (Manila).

Los warblogs o “diarios de guerra” surgieron después del 11 de septiembre de 2001 por iniciativa de comentaristas conservadores que querían un enfoque aun más patriótico que el de los grandes medios de comunicación, considerados demasiado “liberales”; es decir, demasiado a la izquierda. Pero el reciente conflicto de Irak permitió darles un sentido más general y el concepto terminó designando a los blogs dedicados a la guerra en Irak (1).

El más célebre de los blogueros de guerra es un iraquí que responde al “seudónimo blog” de Salam Pax (“paz” en árabe y en latín) (2). Con un estilo mordaz, arremetió primero contra Saddam Hussein, luego contra los bombardeos y ahora contra los ocupantes estadounidenses. Salam Pax muestra una imagen más real de la vida en Bagdad –antes, durante y después de la invasión militar– que la mayoría de los corresponsales extranjeros. Lo acusaron de ser un agente de la dictadura, luego de la CIA, pero la frescura de su mirada atrajo a su sitio a suficientes visitantes como para hacer saltar (o casi) los servidores. Los medios de comunicación más importantes le dedicaron artículos y The Guardian de Londres acaba de contratarlo como cronista bimensual.

Varios periodistas, presentes o no en Irak, también tuvieron sus warblogs. Por ejemplo, Kevin Sites, de CNN, quien fue obligado a interrumpir el suyo por orden de la cadena. Otros warblogs intentaron reunir la mayor información posible sobre el conflicto. Uno de ellos, Blogs of War, luego de haber promovido la organización del apoyo a las tropas y a manifestaciones pro estadounidenses (en Estados Unidos) y “antifrancesas”, continuó su lucha arremetiendo contra los manifestantes anti-G8. Por su parte, Warblogs:cc cuenta con vínculos que remiten a numerosos artículos sobre la guerra y a los “mejores warblogs”.

Contactos horizontales

Sin embargo, no hay que equivocarse en cuanto a la importancia del fenómeno. El número de personas que consulta los blogs no es considerable. Un informe del Pew Center revela: “Los blogs suscitan un interés creciente en un número reducido de internautas, pero no son aún una fuente de información y comentarios para la mayoría de los usuarios. El 4% de los estadounidenses que tienen acceso a internet consulta blogs con el fin de encontrar allí información y opiniones. El número total es tan pequeño que resulta imposible sacar conclusiones estadísticamente relevantes con respecto de quienes los utilizan” (3).

El informe considera que internet sirvió sobre todo como medio de acceso a diversas fuentes. Pero agrega: “El uso de los blogs por los opositores a la guerra fue ligeramente mayor que el de quienes estaban a favor de ella”.

Ross Mayfield, presidenta de SocialText, una empresa que produce un software que favorece la creación de redes sociales, infiere del informe del Pew Center que el número de blogueros ronda los 3 millones. En mayo de 2001, eran aproximadamente 500.000, y un año más tarde, un millón. Adquirida recientemente por Google, Blogger.com –a la vez sitio y programa para la publicación de diarios en línea– registra más de un millón de cuentas. Su rama brasileña ya posee más de 300.000…

El peso de los blogs está en parte ligado a su influencia sobre los periodistas. Ya obligaron a los medios de comunicación a tener en cuenta asuntos que “no salían”, como los comentarios racistas del ex jefe de la mayoría republicana en el Senado, Trent Lott, obligado a renunciar en el otoño boreal de 2002. Cronista estrella de San José Mercury News y autor del primer blog escrito por un periodista y publicado en el mismo sitio de su diario, Dan Gillmor considera por su parte que “los warblogs satisfacen una necesidad crucial: filtran la avalancha de datos y nos permiten encontrar el material más importante”. Sin embargo, no son sino una pequeña parte de un fenómeno mucho más grande.

Porque los blogs son ahora de dominio público. Los medios de comunicación más importantes los publican (The Guardian (4), MSNBC (5)). Se trata, según los casos, de diarios personales, de registros (traducción literal de log), de diarios de a bordo o de una mezcla de todo eso que los interesados escriben día a día, incluso hora a hora. Pueden ser individuales o colectivos.

La forma aún debe buscarse en la intersección de lo íntimo y lo público. Se complica todos los días con la aparición, por ejemplo, de photoblogs o de moblogs, los blogs móviles que pueden ser alimentados mediante la voz, imágenes o textos en formato SMS puestos en línea desde un teléfono celular. El tono personal y la presencia de vínculos que permiten ir directamente a la fuente de aquello de lo que habla el autor –equilibrándose entre sí– son sin duda las dos características más reconocidas de lo que es un blog (del cual existen tantas definiciones como blogueros).

El fenómeno se ubica en la línea de lo que constituye la principal característica de la red: la comunicación “many to many” u horizontal, como el correo electrónico y las mensajerías instantáneas. La “muerte de la distancia” no importa tanto como la comunicación intensa entre personas que no se conocen. El rasgo característico de los blogs es hacer pública esta comunicación. Lo que invita a preguntarse si los blogueros son periodistas.

La primera gran diferencia con el periodismo tradicional es la ausencia de una mirada exterior antes de la publicación de un artículo, tal como se desprende de una conferencia ofrecida en la escuela de periodismo de la Universidad de Berkeley, el 17 de septiembre de 2002. No existe secretario de redacción. Pero, gracias a la interacción, los lectores pueden colaborar. “Me envían e-mails para corregir los errores de ortografía”, señaló Meg Hourihan, fundadora de Blogger.com.

Paul Grabowicz, quien dicta un curso sobre los blogs en Berkeley, estima que “colectivamente los blogueros hacen algo que se asemeja mucho al reportaje”, aunque la forma se adecue mejor a los cronistas o editorialistas. “Los blogs –señala Dan Gillmor– forman parte del mecanismo que conduce al periodismo”. Y no deja de repetir: “Nuestros lectores, oyentes, espectadores saben colectivamente más, mucho más de lo que nosotros sabemos”. Ante esta constatación, postula un periodismo concebido más como “conversación” que como “enseñanza magistral”. Scott Rosemberg, jefe de redacción de Salon.com, considera que los blogs obedecen a una “suerte de economía del ego”. Publicar lo que piensa, recibir comentarios, lo hacen “sentirse bien”.

Para Steven Johnson, ex director de la desaparecida revista en línea Feed, “la verdadera revolución prometida por el surgimiento de la galaxia blog no tiene nada que ver con el periodismo. Es un asunto de gestión de conocimientos”. Y agrega: “Lo que torna a los blogs interesantes es precisamente que no se trata de periodismo”.

Hay que desconfiar de los blogs, más aun que de los medios de comunicación tradicionales, de los cuales sabemos que pueden mentir o equivocarse. Aquí los errores son más fáciles. Pero los vínculos permiten a los lectores acceder a las fuentes originales (que siempre deben verificarse) y constituyen un importante factor de credibilidad.

Destrucción del valor

La nueva locura de los blogs hizo que Dave Winer apostara a Martin Nisenholtz, dueño del sitio de The New York Times, que dentro de 5 años tendrán más autoridad que este florón de la prensa. Los medios de comunicación –sostiene– “habrán cambiado tan profundamente que las personas informadas buscarán la información que necesitan en blogs de aficionados en quienes confían”. Winer no vislumbra la desaparición de los diarios; se interesa por la nueva ecología de los medios de comunicación generada por la aparición de la comunicación horizontal.

Hasta el mundo de los negocios ha descubierto los blogs. Ideactif, empresa quebequense de diseño de sitios web, abrió un weblog colectivo en enero de 2000. “Estamos conectados permanentemente a la red –escriben– y a menudo descubrimos información que puede resultar útil, suscitar la reflexión o simplemente ser divertida. El weblog es un medio para compartir conocimientos de manera sencilla y eficaz”.

Los blogs también pueden servir para compartir los conocimientos internos en el seno de un empresa. Según Amy Wohl, asesora en informática, constituyen “una manera agradable para los empleados de compartir un mismo medio de investigación, análisis y elección de la información”.

De ahí a creer que los blogs podrían hacer ganar dinero no hay más que un paso. Andrew Sullivan, el bloguero más conocido, afirma haber tenido un aumento “de 805.000 visitantes en marzo de 2002 a 1,88 millones en marzo de 2003”. Esto debería generar dinero. Para él, sin duda; pero, según Clay Shirky, analista de internet, no hay que hacerse ilusiones. La publicación de textos tradicionales crea valor debido al trabajo que exige, pero también a causa de la selección (poco común) que ésta implica. La red en general y los weblogs en particular eliminan esto: “son un instrumento tan eficaz de distribución de la palabra escrita que hacen de la publicación una actividad sin valor financiero”.

Los blogueros exitosos pueden esperar un poco de publicidad, el apoyo de un anunciante o algunas contribuciones voluntarias, pero su notoriedad corre el riesgo de ser mejor retribuida en forma de libro o de crónica en un diario tradicional. En cuanto a los periodistas asalariados que poseen un blog, raramente se les paga por hacerlo.

¿Es esto un problema? Lejos de ello. “La destrucción del valor es lo que torna a los weblogs tan importantes”, afirma Shirky. “Queremos un mundo donde no se necesite ayuda ni autorización para escribir alto y fuerte”. Cada bloguero se dirige primero a un círculo restringido de amigos y colegas “en el cual la participación en la conversación es su propia gratificación”. Favorece la creación de nuevas redes de relaciones sociales.

Los blogs aparecen así como una de las formas narrativas específicas en internet. Expresan, con una buena dosis de narcisismo, la historia global y fragmentada del mundo contemporáneo. Si los periodistas escriben el borrador de la historia, los blogueros (6) parecen haber encontrado un espacio para evocar sus balbuceos… u

1 – www.blogsofwar.com y www.warblogs.cc

2 – http://dear_raed.blogspot.com/

3 – www.pewinternet.org/reports/pdfs/PIP_Iraq_War_Report.pdf

4 – www.guardian.co.uk/weblog/

5 – www.msnbc.com/news/809307.asp

6 – Dos de los programas más utilizados por los blogueros son: Blogger: www.blogger.com/ y MovableType: www.movabletype.org/

J’enquête, je suis et j’analyse les technologies de l’information et de la communication depuis la préhistoire (1994). Piqué par la curiosité et l’envie de comprendre ce que je sentais important,...